sábado, 17 de abril de 2021

SARS-CoV-2 en busca de la "supervacuna pancoronavírica" LXXV

10.598 nuevos infectados, 99 muertos y una incidencia acumulada de 213 y subiendo

Deberían concentrarse todos los esfuerzos en vacunar lo más rápidamente posible a la mayor parte de la población y en coordinar de manera efectiva las medidas a tomar en todo el territorio nacional, para evitar en la medida de lo posible la pérdida de mas vidas humanas.


Como ya hemos visto, los virus RNA tienen una gran capacidad de mutación y cada vez que se replican en una célula humana pueden producirse cambios que generarán nuevas variantes. Eso viene sucediendo con el virus de la influenza (gripe), que durante todos los inviernos nos afecta en mayor o menor medida y es lo que va a suceder en el futuro con el coronavirus, que a partir de ahora nos afectará todos los años, por lo que es muy importante centrar nuestros esfuerzos en conseguir vacunas efectivas, no solo frente a las actuales cepas, sino también contra las nuevas variantes que puedan surgir e incluso contra otros tipos de coronavirus potencialmente peligrosos para los humanos.

Los coronavirus son virus RNA que afectan a ciertos mamíferos como murciélagos, visones, gatos, conejos, cerdos, camellos, pangolines, etc e incluso en algunos casos a aves, que en determinadas ocasiones pueden pasar al hombre. Entre los coronavirus hay 4 grupos: alfa, beta, gamma y delta, los dos últimos no infectan a la especie humana, algunos virus del grupo alfa causan resfriados al hombre, pero los más peligrosos para nuestra especie son los coronavirus de tipo beta y entre ellos destacan los sarbecovirus (a los que pertenecen el SARS originario y el SARS-CoV-2).

Con ocasión de la epidemia del SARS-CoV-2 se han puesto en marcha numerosos proyectos encaminados a conseguir una vacuna global que pueda servir para prevenir cualquier enfermedad producida por coronavirus. 

Wayne C. Koff y Seth F. Berkley directores ejecutivos del Human Vaccines Project  y de Gavi (Alianza Global de Vacunas) defienden la necesidad de crear una vacuna universal contra los coronavirus, para evitar que futuras epidemias puedan afectar a la humanidad como la que sufrimos actualmente y con las circunstancias que se dan en la actualidad: superpoblación, migraciones, turismo global, etc nunca ha sido tan fácil como ahora el que un microorganismo patógeno pueda ocasionar rápidamente una gran pandemia. Koff y Berkley piensan que una vacuna global es posible y el mundo debe de hacer un esfuerzo para conseguirlo y para ello es imprescindible:

  • Crear una extensa Red de Vigilancia Global  de Coronavirus zoonóticos
  • Identificar y estudiar los anticuerpos neutralizantes específicos de los coronavirus
  • Reconocimiento de la prioridad del proyecto por parte de Gobiernos, ONGs y Organismos Internacionales.
La diana en la que hasta ahora se fijan todas las vacunas es la proteína S (Spike) de la cubierta viral.
Andrew Ward del Scripps Research que ya en el año 2017 propuso buscar ese tipo de vacuna, actualmente trabaja uniendo proteínas spike de diversos coronavirus con anticuerpos ampliamente neutralizantes y estudiando esa unión identificar las secuencias proteicas básicas de la proteína espicular: los epitopos que serían los fragmentos ideales para  diseñar una vacuna que sería efectiva contra todos los coronavirus.

Pamela Bjorkman del Instituto de Tecnoligía de California  ha ensayado en ratones algunos candidatos a vacuna pancoronavírica, comprobando que los anticuerpos de los ratones neutralizaron con gran eficacia a una amplia gama de sarbecovirus aunque algunos de ellos no habían sido incluidos en la vacuna.
En la actualidad se están desarrollando mas de 20 proyectos para conseguir una vacuna global, algunos equipos ya han efectuado ensayos en animales, aunque no en humanos. En noviembre de 2020, el NIAID promovió un sistema de ayuda de emergencia y en marzo de 2021 la CEPI anunció una gran inversión de 200 millones de dólares para el desarrollo de esta vacuna universal.

Eric Topol director del Scripps Research Transitorial Institute de California en un trabajo publicado en la revista Nature afirma que “la contención o erradicación temprana de un virus emergente reduciría en gran medida la probabilidad de que desarrolle resistencia a anticuerpos y vacunas” y "podría prepararse con anticipación y desplegarse antes de que la próxima infección emergente se convierta en una pandemia"

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