Según Drosten al bajar las cifras de infectados y fallecidos, comienzan las presiones sociales, económicas, políticas e incluso legales para que las medidas restrictivas, confinamientos, cuarentenas, etc se relajen y eso puede resultar fatal.
Drosten afirma también que en esta cuarta ola se dispararán en muy poco tiempo el número de infectados y estos serán más jóvenes, al estar más protegidos los mayores por la campaña de vacunación, podrían producirse hasta 100.000 infecciones diarias, teniendo en cuenta la poca percepción del riesgo que tiene la juventud y la alta transmisibilidad de las nuevas cepas, como la británica, pueden llegar a ser un 35% mas contagiosas. Aunque los jóvenes suelen presentar síntomas menos graves, el número de infectados será muy alto, los hospitales se saturarán y habrá muchas muertes.
Margarita del Val viróloga del CESID también nos recuerda que la euforia producida por el descenso en el número de infectados y fallecidos de esta tercera ola puede conducirnos a un levantamiento prematuro de las restricciones, lo que podría dar lugar a una cuarta ola tan "fuerte" y mortal como la tercera.
Según Margarita del Val, deberíamos haber optado por otro método más drástico para enfrentarnos a la pandemia como han hecho en Nueva Zelanda o Australia, pero en nuestro país en cuanto se aplana la curva, ya empezamos a "desescalar". La elección que hemos hecho es vivir al límite, y eso lamentablemente implica muchos muertos.
El aumento de movilidad entre territorios va a tener consecuencias y aumentará en un par de semanas el número de muertos, "a más movimiento más riesgo".
Daniel Sánchez Acuña epidemiólogo y exdirectivo de la OMS también ha afirmado que “abrir las compuertas, desescalar, e incrementar la movilidad es un camino pavimentado hacia una cuarta ola” .
Como la paciencia y el sacrificio no son las principales virtudes de una sociedad cansada, confundida, reprimida e incapaz de evaluar el peligro al que se enfrenta, la situación va a ser muy difícil de controlar y más teniendo en cuenta que por lo general los Gobiernos cada vez "se mojan menos" en la toma de decisiones, por todo ello parece que caminamos directos hacia una 4ª OLA.........y si seguimos sin aprender la lección a una 5ª........y así "hasta que el virus se aburra de nosotros". No tenemos arreglo.
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