La historia de la Cristalografía se originó como consecuencia del estudio geométrico de los cristales y uno de los principios básicos de esta ciencia es la Ley de la constancia de los ángulos diedros o Ley de Steno que dice lo siguiente: Los ángulos diedros que forman dos caras iguales (equivalentes) de dos cristales diferentes formados por una misma sustancia química, bajo las mismas condiciones de presión y temperatura son constantes. La medición de los ángulos diedros se realiza con un goniómetro y es una de las técnicas básicas para determinar la estructura interna de un mineral. Si se producen las mismas condiciones ambientales de presión y temperatura un determinado compuesto químico cristaliza siempre en un mismo tipo de red cristalina, al unirse sus átomos siempre de la misma forma.
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