domingo, 7 de junio de 2020

La desembocadura de los ríos: Estuarios, Marismas y Deltas

Las corrientes fluviales que desembocan en el mar lo hacen de forma muy diferente según las características del rio y del mar en que vierten sus aguas así:

<> Si el rio desemboca en un mar abierto con fuerte oleaje y mareas muy acusadas, la fuerza del agua arrastra mar a dentro los sedimentos fluviales y estos no se depositan en la desembocadura, formándose un estuario muy abierto y limpio, como el del rio Loira o el del Sena.



 <> Si la zona de la desembocadura es más tranquila y es menor el oleaje, parte de los sedimentos fluviales se depositan en la desembocadura y otra parte será arrastrada por el mar, en este caso tendremos una marisma como sucede en el rio Odiel.
























<> Si el rio desemboca en un mar cerrado con poco oleaje y mareas muy reducidas el mar no tiene fuerza para arrastrar los sedimentos y estos se almacenan en la desembocadura formándose un delta como en los ríos Misisipi, Ebro, Ródano o Nilo, el rio en esta zona discurre sobre sus propios sedimentos dividido en numerosos brazos.

























Los deltas evolucionan con el tiempo, primero se produce la sedimentación subacuática  y luego se va desarrollando la parte aérea del delta, en principio los sedimentos se extienden invadiendo el mar en varias direcciones: delta en  "pata de gallina" (1) (como sucede en el delta del Misisipi), mas tarde seguirá evolucionando el delta hasta llegar finalmente a la forma triangular característica del delta del Nilo (3). Las del Ebro y del Ródano (2) son deltas que se encuentran en estadios evolutivos intermedios.




En los deltas fluviales las condiciones del depósito de materiales suelen ser muy variables por lo que resultan muy frecuentes los fenómenos de sedimentación cruzada (ver la entrada del 17 de mayo de 2020)


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