Cuando dos especies son muy semejantes entre sí y una de ellas es venenosa o muy desagradable y la otra no, estamos ante un caso de mimetismo batesiano. La especie que no es tóxica es respetada por los depredadores por su parecido con la especie venenosa. Este tipo de mimetismo se denomina así en honor a Henry Walter Bates, que estudió este fenómeno en su expedición por el Amazonas entre los años 1848 y 1859.
Lámina de Bates (1862) en la que se puede apreciar la semejanza entre especies de Dismorphia marcadas con un 1 y otras de ninfálidos marcados con un 2, que presentan un diseño alar muy parecido.
El mimetismo batesiano no solo se da en insectos, donde es bastante frecuente, hay también algunos casos en vertebrados como sucede con los colores aposemáticos de la serpiente de coral muy venenosa 1 y la falsa coral que es inofensiva 2.
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