Son muy abundantes y adornan nuestros campos con sus llamativos colores, al mirarlas la mayoría de las personas piensan que están viendo una flor, pero se equivocan. Cada una de ellas es una INFLORESCENCIA EN CAPÍTULO y cada una de ellas está formada por muchísimas flores.
Cada eje floral se ensancha en su extremo y forma un receptáculo o tálamo sobre el que se sitúan las flores: en el disco central se asientan un elevado número de flores tubulares y sésiles, cada una de ellas dará un fruto en aquenio (como las pipas de girasol) y en la periferia se sitúan flores liguladas que se caracterizan porque sus pétalos están completamente soldados formando una larga expansión denominada lígula.
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