En torno al átomo.........Definimos el átomo como la unidad más pequeña de materia que puede entrar en una combinación química. Toda la materia que constituye el Universo está formada por átomos y todos están constituidos por los mismos componentes o partículas, diferenciándose unos de otros en el número de estas. El núcleo del átomo contiene protones, partículas con masa y carga positiva y neutrones, con masa, pero sin carga. Orbitando alrededor del núcleo, se encuentran los electrones, de carga negativa y carentes de masa, constituyendo lo que se conoce como corteza del átomo. El número de protones siempre es igual al número de electrones.
El átomo más sencillo es el átomo de hidrógeno que solo tiene un protón y un electrón. El helio dos protones, el carbono seis, el oxígeno ocho, el calcio veinte y así sucesivamente todos los elementos de la tabla periódica. Toda la masa del átomo se encuentra en el núcleo que es una parte muy pequeña del volumen total del átomo, que expresado de forma numérica es 10 -5 veces las dimensiones totales de todo el átomo. Dicho de forma gráfica, sería como comparar al núcleo con una pelota de tenis y a los electrones como granos de arena girando alrededor de esta a decenas de kilómetros de distancia. En consecuencia, el átomo es prácticamente espacio vacío. Imaginemos que existiera una fuerza capaz de romper la estabilidad del átomo y pudiera estrujarlo aproximando cada vez más sus partículas hasta juntarlas por completo; haciendo que los protones y electrones se unieran para formar neutrones, transformando todo el conjunto en una especie de pelota de neutrones. La Tierra tiene un diámetro aproximado de 12750 km. Si se pudiera comprimir la Tierra hasta reducirla a una pelota de núcleos atómicos o neutrones, toda su masa quedaría reducida a una esfera de 130 metros de diámetro. De la misma manera si el Sol se convirtiera en una estrella de neutrones, su tamaño se reduciría 10-5 veces, convirtiéndose en una esfera de unos 14 km de diámetro. Su volumen en 10-15, es decir, una milbillonésima del actual. Dicho más gráficamente, un centímetro cubico de estrella de neutrones (un dado de parchís) pesaría miles de millones de toneladas.
De toda la radiación que nos llega del espacio exterior, hay unas emisiones de ondas de radio que llegan a impulsos muy regulares en el tiempo, con una precisión mayor que cualquier reloj. En un principio se pensó que alguien de “fuera” nos estaba haciendo guiños o quería decirnos algo, pero enseguida se demostró que el fenómeno era completamente natural. La fuente emisora recibió el nombre de estrella pulsante o pulsar, que corresponde por tanto a una estrella neutrón o estrella de neutrones. Son cuerpos muy calientes y de pequeño tamaño que giran a gran velocidad y en cada vuelta nos mandan una ráfaga de ondas de radio y luz visible de la misma manera que lo hace un aspersor.
Ildefonso Vara García
(Catedrático de Ciencias Naturales)
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