Una de las relaciones interespecíficas más extendida y frecuente en la Naturaleza es la depredación en la que unos seres vivos matan a otros para alimentarse de ellos. En la depredación un organismo se beneficia: el depredador, y el otro sale perjudicado: la presa. El depredador, una vez consumida su presa, tiene que matar a otras para alimentarse.
Si hablamos de depredadores, pensamos seguramente en leones, tigres, lobos, cocodrilos, tiranosaurios, e incluso podemos acordarnos de algunos de menor tamaño como las arañas o las mantis, pero muy pocos pensarán en un animal tan dulce y pacífico con el que todos hemos compartido algún momento en nuestra infancia: las mariquitas.
Una mariquita es un insecto coleóptero de reducido tamaño y aparentemente inofensivo, pero es un insaciable depredador que se alimenta de pulgones, manteniendo a raya sus poblaciones con una gran voracidad. Aunque nos cueste imaginarlo las mariquitas son como lobos que atacan sin piedad a los pulgones que serían las ovejas.
El DEPREDADOR
Mariquita (Coccinella septempunctata) pequeño coleóptero que se alimenta de pulgones, por lo que resulta muy beneficioso ya que los pulgones afectan a los vegetales constituyendo frecuentemente plagas. Una mariquita o una de sus larvas pueden comer diariamente una cantidad de pulgones superior a su propio peso.
La PRESA
Pulgones (Aphididae) más de 5.000 especies de insectos que se alimentan extrayendo fluidos del floema de las plantas. A veces producen plagas siendo muy perjudiciales para los vegetales y para la agricultura.
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