Son particularmente abundantes en las calizas del Eoceno y algunas de sus especies son fósiles guía.
Su tamaño era bastante considerable a pesar de que eran organismos unicelulares (hasta 12cm de diámetro), presentaban un caparazón calcáreo muy complejo, de sección ojival, con tabiques radiales oblícuos que formaban numerosas cámaras intercomunicadas con multitud de forámenes por los que emitían finos pseudópodos.
Vivian en facies neríticas de mares someros y cálidos.
Como se puede apreciar en la siguiente imagen, hay dentro de la misma especie formas grandes (macrosféricas) y formas pequeñas (microsféricas) que corresponden a las dos fases reproductivas de su ciclo.
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