Los seres vivos comenzaron, primero lentamente pero luego mucho más rápido, un proceso de adaptación a las adversas condiciones del medio para poder sobrevivir, un fantástico proceso evolutivo que ha durado 3800 MA y que continuará en el futuro.
Durante un largo periodo de tiempo la vida se desarrolló en los océanos, allí había agua y sales minerales, imprescindibles para la actividad vital, fuera del agua las condiciones eran todavía excesivamente duras, pues la atmósfera era reductora. Los organismos fueron mejorando los procesos para obtener energía, primero fue la fermentación y más tarde la fotosíntesis que fue el avance más influyente y decisivo (ver entrada del día 29 de junio) pues con el t i e m p o
se consiguió que la atmósfera fuera OXIDANTE y que se formara la CAPA DE OZONO, esto fue esencial, por que a partir de este momento los seres vivos, al estar protegidos frente a las radiaciones ultravioleta del sol, comenzaron a COLONIZAR EL MEDIO TERRESTRE.
Pero salir del medio acuático no era nada fácil para un ser vivo, cuya vida dependía del agua y las sales minerales disueltas en ella. Para lograrlo tuvo que retener dentro de su cuerpo una considerable cantidad de agua y desarrollar una serie de mecanismos para no perderla evitando así la deshidratación.
Los organismos terrestres pudieron independizarse del medio acuático gracias al almacenamiento dentro de su organismo de un "MAR INTERIOR" formado por agua y sales minerales. Un mar interior del que depende nuestra vida y nos recuerda aquella prodigiosa migración que se produjo cuando los antiguos organismos acuáticos fueron ocupando progresivamente la superficie de los continentes.
El cuerpo de un hombre adulto está formado por más de un 65% de agua y sales minerales, (nuestro "MAR INTERIOR") aunque la concentración de sales de nuestro medio interno es aproximadamente 1/3 menor que la del agua de mar.
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