Era lo más lógico, si se elige a un filósofo o a una abogada para dirigir todo un Ministerio de Sanidad, y más en medio de una gran pandemia, el resultado no puede ser muy bueno. En este caso no ha sido ni siquiera malo, es muy difícil que se puedan hacer las cosas tan mal como se han hecho. Tanto el filósofo doblegador de curvas, como su sucesora la abogada han demostrado la más absoluta incompetencia como era de esperar y el responsable final de esa pésima gestión por haberlos nombrado, es el Presidente Pedro Sánchez por lo que debería rendir cuentas ante los ciudadanos.
En el diario la Razón se publicó el pasado día 13 el siguiente artículo de Sergio Alonso:
Darias empeora a Illa: el Ministerio de Sanidad es un desastre
Gracias a las "vacunas" podremos salir de esta pandemia, eso sí con los inconvenientes del duro confinamiento y del aislamiento social y en nuestro recuerdo un gran dolor por los fallecidos, que en muchos casos murieron de forma inhumana por la incompetencia de nuestros dirigentes.
Un estado serio, digno y responsable debería reconocer la extraordinaria y abnegada labor del personal sanitario y la importancia de la investigación de los científicos. Ellos son los que nos han ayudado a salir de esta inesperada catástrofe. Los políticos, que de dignidad, seriedad y responsabilidad no andan muy sobrados, más que ayudar han estorbado.
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