Teóricamente cuando nos reproducimos transmitimos a nuestra descendencia nuestros caracteres hereditarios, pero esto no es así exactamente.
En el proceso reproductivo de una pareja humana, el padre y la madre no transmiten sus propios caracteres genéticos, sino que realmente transmiten los caracteres de sus padres (los abuelos).
El proceso ocurre en las gónadas (TESTÍCULOS en el hombre y OVARIOS en la mujer)
En los testículos del padre, durante la espermatogénesis, se produce un proceso de MEIOSIS, mediante el cuál se va a producir una selección de genes del abuelo paterno y de la abuela paterna, al entrecruzarse los cromosomas heredados de ambos progenitores. Es decir, los testículos son "como una coctelera" en que se mezclan genes de los padres del hombre (del abuelo y la abuela paternos).
En los ovarios de la madre, y por idéntico procedimiento durante la ovogénesis, se produce una MEIOSIS en la que se mezclarán y seleccionarán genes del abuelo materno y de la abuela materna. Los ovarios son por tanto "otra coctelera" que mezcla genes de los padres de la mujer (del abuelo y la abuela maternos).
El resultado: ESPERMATOZOIDES con una mezcla de genes de los abuelos paternos y ÓVULOS con una mezcla de genes de los abuelos maternos
El niño que nace en el proceso heredará por tanto genes de sus abuelos paternos y maternos. SUS PADRES HAN PARTICIPADO COMO MEZCLADORES DE LOS GENES DE SUS PADRES (LOS ABUELOS).
Cuando el espermatozoide fecunda al óvulo se unen los genes de los abuelos paternos con los de los abuelos maternos y la nueva criatura llevará el 25% de genes de cada uno de sus abuelos.
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