Los colores de las flores que nosotros observamos son completamente diferentes de los colores que pueden apreciar los insectos polinizadores, ya que estos ven en el espectro ultravioleta.
Las flores absorben o reflejan longitudes de onda ultravioleta en diferentes lugares, y eso no solo depende de un proceso físico, sino también bioquímico.
Hay gran cantidad de plantas que absorben preferentemente la radiación ultravioleta en la base de los pétalos de la flor debido a la concentración de ciertos productos químicos en esa zona, mientras que en el extremo de los pétalos contienen otros compuestos químicos que reflejan la luz ultravioleta. Esto genera un efecto diana que guía a los insectos en dirección al polen.
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