El corazón es MIOGÉNICO es decir, se excita a sí mismo y funciona espontáneamente, gracias a que posee su propio MARCAPASOS.
Este proceso ocurre cada 0,8 segundos es decir unos 75 latidos por minuto.
Esta actividad eléctrica se puede registrar, con unos electrodos en la piel por medio de un electrocardiógrafo, en una gráfica que se denomina ELECTROCARDIOGRAMA, técnica de gran interés para el diagnóstico de las enfermedades cardiacas.
Otra cosa diferente es la frecuencia cardiaca que es muy variable y que depende de cada situación: reposo total, actividad moderada, actividad deportiva intensa, etc...........
Del control de la aceleración cardiaca cuando es necesaria TAQUICARDIA o del enlentecimiento del latido BRADICARDIA se encarga un órgano de nuestro cerebro: el HIPOTÁLAMO que da las órdenes necesarias a través del SISTEMA NERVIOSO SIMPÁTICO si es preciso ACELERAR o a través del SISTEMA NERVIOSO PARASIMPÁTICO si es preciso FRENAR el ritmo cardiaco.
¿Cómo sabe el Hipotálamo a cuál de los dos sistemas dar la orden?
Muy sencillo. Existen unos receptores sensitivos en la aorta y las carótidas: los senos y los cuerpos aórticos y carotídeos que están constantemente mandando información al hipotálamo de la presión sanguínea y del contenido de O2 de la sangre.
Según la información recibida, el HIPOTÁLAMO manda la orden necesaria.
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