martes, 23 de febrero de 2016

La inflamación. La estrategia del aislamiento

La REACCIÓN INFLAMATORIA es un mecanismo de defensa. Tiene como objetivo mantener a raya a los microorganismos que han conseguido acceder a algún lugar de nuestro cuerpo, para que no puedan invadir otros tejidos y evitar así una infección generalizada.

En la región inflamada se produce vasodilatación, aumento local de la temperatura, las células emiten sustancias que atraen a los macrófagos(*) y linfocitos (**), aumenta la permeabilidad de los vasos sanguíneos para facilitar el acceso de estas células (por diapédesis) hacia la zona afectada para que ejerzan con eficacia su función defensiva y la región se aísla del resto del cuerpo.


Las zonas inflamadas presentan cuatro SIGNOS característicos: DOLOR, CALOR, RUBOR Y TUMOR (la zona inflamada duele, aumenta su temperatura, se enrojece y se hincha).

(*) macrófagos: son células cuya principal función es fagocitar bacterias o cuerpos extraños que penetran en nuestro organismo. Los macrófagos presentan quimiotactismo muy acusado y acuden a los lugares donde las células han segregado citocinas.

(**) linfocitos: células sanguíneas de gran importancia por ser responsables de la inmunidad humoral (Linfocitos B) y de la inmunidad celular (Linfocitos T). Al igual que los fagocitos, presentan también  gran quimiotactismo.
  

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