domingo, 24 de julio de 2016

FERRÁN. Una apuesta muy arriesgada


Jaime Ferrán i Clúa (1852-1929) Médico español, tras sus estudios de Medicina se especializó en Bacteriología y ocupó el cargo de Director del Laboratorio Microbiológico Municipal de Barcelona. Fue un gran admirador de Pasteur y apasionado del estudio de la inmunización artificial por medio de vacunas. De entre sus investigaciones cabe destacar sobretodo la vacuna contra el cólera que él mismo ideó con gérmenes vivos.

El cólera es una enfermedad infecto-contagiosa provocada por una bacteria Vibrio cholerae que afecta al tubo digestivo y provoca fuertes diarreas, deshidratación y muerte. En 1817, 1829 y 1852 se originaron las tres primeras pandemias en la India y Paquistán que se extendieron por todo el mundo. En España se produjeron sucesivamente varios brotes a lo largo del siglo XIX y fallecieron más de 800.000 personas.

Jaime Ferrán pensó que como las bacterias del cólera ingresaban en el cuerpo al beber agua contaminada e iban al tubo digestivo, donde realizaban su acción, si inyectaba a un individuo bacterias del cólera vivas por vía no digestiva, la bacteria se veía obligada a funcionar en un ambiente que no era el suyo propio y era así más fácil de atacar por las defensas del organismo, que si entraba por su vía habitual.
La apuesta era muy arriesgada, pues inyectarle a una persona bacterias del cólera vivas podría suponer un gran peligro para su vida y por ello muchos políticos y científicos de la época , entre otros Santiago Ramón y Cajal, se opusieron a la realización de este tipo de vacunaciones, consiguieron así que estas técnicas fueran rechazadas e incluso esto le costó injustamente a Ferrán  su destitución como director del Laboratorio Microbiológico de Barcelona. Sin embargo en un Congreso de Higiene celebrado en Paris en 1919 fue aceptado el tipo de vacuna propuesto por el científico.

A pesar de todo, Ferrán estaba convencido de que su vacuna podía salvar de una muerte segura a cientos de miles de personas y para demostrarlo llegó a probar la vacuna en su propio cuerpo y con gran tesón, a pesar de los escasos medios de que disponía, luchó contra la epidemia que se extendía inexorablemente por el territorio español.

Jaime Ferrán preparó además una vacuna antitífica y otra contra la tuberculosis. También organizó un plan intensivo de aplicación del tratamiento antirrábico de Pasteur en España y utilizó el suero antidiftérico de Behring. Escribió varios tratados sobre métodos profilácticos y Francia le concedió el premio Breant por sus aportaciones científicas.


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