Escondidas entre la vegetación, a la sombra de los olivos, los pinos o los alcornoques, las flores de Freesia alba destacan por su delicada belleza.
Es una planta herbácea de hasta 40cm de altura, con la raíz tuberosa, de la que parten 5 a 8 hojas linear-lanceoladas. Inflorescencias en espiga de 2 a 6 flores grandes, fragantes, de periantio de color blanco muy puro, los tépalos inferiores con un sombreado amarillo. Fruto en cápsula trilobulada.
La especie, oriunda de Sudáfrica, desprende un dulce olor semejante al de las azucenas. Crece naturalizada en zonas litorales del sur de la Península Ibérica.
Caminando entre los pinares. Fotografía de Sofía Teixeira |
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