Dos huidas notables:
Illa huyó en plena ola de la pandemia de sus obligaciones como Ministro de Sanidad, "abandonando a los ciudadanos españoles "para, por lo que se ve, fracasar en su proyecto de alcanzar la "Muy Honorabilidad catalana".
Iglesias, después de un bochornoso abandono de las Residencias de mayores durante la pandemia, que ha supuesto unos terribles niveles de mortalidad al no prestarles la necesaria asistencia y apoyo en los peores momentos, también huye de sus obligaciones para presentarse en plena pandemia a unas elecciones -que al igual que las catalanas no deberían de celebrarse- a la "no tan honorable presidencia de la Comunidad Madrileña".
¡Qué pena que no huyan casi todos los políticos......! pero mejor hacia una isla desconocida y lejana donde, con el tiempo, se puedan rehabilitar.
Uno de los misterios más indescifrables y enigmáticos que han sucedido en España durante la pandemia ha sido la naturaleza de la misteriosa "Comisión de expertos" de la que tanto se ha hablado y de la que hasta hoy no tenemos ninguna prueba fiable de su existencia. La Comisión de expertos en España -si es que de verdad ha existido- ha sido completamente inoperante y claramente ASINTOMÁTICA.
- Ya hemos visto que hay paises donde figuran como asesores oficiales del Gobierno auténticas figuras científicas de reconocida experiencia y prestigio, con un brillante currículum y que son respetados porque han hecho las cosas bien, no han mentido a los ciudadanos y han explicado a la ciudadanía la importancia de tomar las medidas propuestas.
- Hay también países donde se nota que los gobernantes siguen las indicaciones propuestas por sus asesores científicos, esos países suelen tomar rápidamente medidas efectivas que se traducen en una mayor eficacia en la lucha contra la pandemia, una mejor organización, un mayor control de los tiempos durante el proceso y sobre todo en un menor número de infectados y de fallecidos.
Ninguna de esas dos premisas se han cumplido en el caso de España. La TRANSPARENCIA ha brillado por su ausencia.
Solo conocemos algunos casos aislados de científicos que han presentado sus informes al Gobierno en alguna ocasión como es el caso de Alex Arenas a través de Miguel Hernan, pero también sabemos que a pesar de la contundencia de los informes y de la urgencia que aconsejaban, no se tuvieron en cuenta hasta dos semanas después y eso como ya sabemos supuso la muerte de al menos 20.000 personas que se podían haber salvado si el Gobierno se hubiera tomado en serio esos informes.
En cuanto al Sr Simón (el que ha "dado la cara" en televisión ante los españoles) la figura visible de esa "comisión de expertos", estudió Medicina en la Universidad de Zaragoza, es por tanto médico, pero no es Doctor porque no hizo el doctorado, ni tan siquiera hizo el MIR porque por entonces no existía la especialidad de epidemiología.
De su labor como interlocutor del Gobierno con los ciudadanos pocos méritos hay que destacar, ha demostrado en todo momento que su papel no era aconsejar al Gobierno para que este tomara medidas, sino decir en televisión lo que el Gobierno quería que dijese en cada momento para tranquilizar a la población. Su participación cara al público ha destacado por su: imprecisión, indefinición, irresponsabilidad, ausencia -muchas veces absoluta- de criterio científico, frecuentes contradicciones, falta de ética profesional. ¡Un auténtico prodigio!
Yo no sé si el Gobierno tenía algún asesor más, pero lo que sí se puede afirmar es que no se ha notado mucho, ni siquiera un poquito. Es difícil que las cosas se pudieran hacer peor: Los confinamientos que se debían haber hecho rápidamente se hicieron tarde y mal, las "desescaladas", que se deberían haber hecho prudentemente, muy lentamente y con mucha precaución, se hicieron inconscientemente y "a toda pastilla"
Y lo de las mascarillas ¿Para qué hablar?. Primero que no luego que sí. Primero que unas y luego que otras. A estas alturas todavía no se le ha recomendado a los ciudadanos utilizar las que más protegen ni hacerlas obligatorias en lugares muy concurridos como metros, autobuses, etc.
Que todavía - un año después de que se decretó el estado de alarma- las mascarillas FFP2 estén gravadas con un 21% de IVA, tal y como va la economía del país y de los hogares españoles, dice mucho de un Gobierno que en lo que menos piensa es en los ciudadanos.
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