Su dinámica global es muy similar a la de las cascadas ya que, al igual que estas, avanzan constantemente hacia atrás.
La enorme fuerza de las olas del mar provoca una intensa erosión en la costa, por lo que, en la zona litoral, el mar le va "comiendo terreno" a los continentes.
Este fenómeno se manifiesta de manera muy especial en los ACANTILADOS.
Como podemos ver en los esquemas inferiores las olas del mar chocan sobre la parte baja del acantilado y es ahí donde estas ejercen la erosión mas intensa (2, 3 y 5).
Cuando la parte baja ha sido erosionada, la cornisa de la parte superior termina fracturándose (3 y 5) y los materiales caen a la zona donde choca el oleaje (4 y 6) en poco tiempo las olas diseminan y disgregan los fragmentos caídos y continúan nuevamente atacando la base del acantilado, que seguirá retrocediendo continuamente (4 y 6).
En esta última imagen se ven muy bien los restos de la cornisa caídos por su coloración mas clara |
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