Edward Jenner (1749-1823) médico y biólogo británico, fue una figura muy importante de la historia de la medicina, pues desarrolló una vacuna para prevenir la viruela, una de las enfermedades más temidas de la época que causaba una gran mortalidad, quedando los supervivientes marcados para siempre con sus secuelas.
La escritora y gran viajera británica Lady Mary Wortley Montagu que había padecido la viruela y había perdido a su hermano por esa enfermedad, después de en un viaje por Turquía, llevó a Inglaterra la práctica de la variolización como medida profiláctica contra la viruela Y unos años más tarde, tras las observaciones de que las mujeres que ordeñaban vacas en los establos padecían una especie de viruela benigna y que estas no enfermaban de la viruela humana cuando se producía una epidemia, Jenner inoculó el líquido que extrajo de una pústula de una ordeñadora a un niño de 8 años. El niño manifestó síntomas leves, pero no contrajo la viruela cuando Jenner lo inoculó posteriormente con los gérmenes de la viruela humana.
A pesar de la controversia que esta experiencia suscitó entre los científicos de la época (La Real Sociedad de Londres rechazó sus experimentos) su vacuna resultó ser tan efectiva que se utilizó en la campaña de erradicación mundial de la viruela en 1967, con tal éxito que, solo diez años más tarde se produjo el último caso de persona infectada por este virus que se conoce. En 1980 se declaró oficialmente como la primera enfermedad eliminada completamente por el hombre en todo el planeta.
El nombre de vacuna con que se conocen estos tipos de procedimientos profilácticos, se debe a Parteur, que se lo puso en honor a Jenner.
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