Desde hace algún tiempo, tanto medios de comunicación como redes sociales vienen hablando de una nueva estrella que será visible a simple vista durante varios días o semanas. Se trata de una estrella que en condiciones normales, no es visible, dada la enorme distancia que nos separa de ella (3000 años luz), que por alguna razón, que vamos a tratar de explicar, su brillo va a aumentar varios cientos de veces, lo que va a permitir su observación. El fenómeno, en este caso particular, es recurrente. Se produce cada 80 años y la última ver que pudo observarse fue en el año 1946. Nuestro sistema solar pertenece a la galaxia Vía Láctea, una entre los millones de galaxias que existen en el universo. Se estima que contiene entre 200.000 y 400.000 millones de estrellas, ente ellas, nuestro Sol. El Sol es una estrella aislada, solitaria, pero más de la mitad de las estrellas de la Vía Láctea, forman grupos de dos (sistemas binarios) o más de dos estrellas (sistemas múltiples). Por ejemplo, la estrella del norte o estrella Polar y la estrella Alfa Centauri, la más próxima al Sol. En ambos casos están formadas por tres estrellas girando entre sí, estando tan próximas, que a simple vista se ven como una única estrella. Las estrellas no son eternas, nacen, tienen un largo periodo actividad normal (secuencia principal), hasta que llega su declive y muerte. Aun así, su vida es larga Se estima que nuestro Sol puede estar en su secuencia principal unos 10.000 millones de años. Antes de su muerte definitiva, una estrella pasa por varias fases. La primera es la gigante roja, donde la estrella comienza a dilatarse aumentando considerablemente de tamaño. A medida que desciende su temperatura, comienza su colapso gravitatorio y la estrella se va haciendo más pequeña. Su temperatura aumenta y el colapso se detiene, la estrella se convierte en una enana blanca, fase que dura un tiempo indeterminado hasta que deja de billar y se transforma en enana negra, lo que sería la muerte definitiva de la estrella. Pues bien, la estrella que nos ocupa conocida como T CrB se encuentra en la constelación Corona Borealis. Es en realidad un sistema binario formado por una gigante roja y una enana blanca. A medida que la gigante roja va aumentando de tamaño, se aproxima más y más a su compañera, esta, atrae o absorbe parte de la masa de la gigante, que al llegar a un valor crítico, se inicia una explosión termonuclear que provoca un aumento considerable de su brillo y la hace visible. Sería como observar una explosión de una bomba de hidrogeno en directo, pero sin peligro. El máximo de luminosidad puede durar varios días para luego ir decreciendo de forma progresiva. Se estima que el fenómeno puede ocurrir durante el mes de septiembre de 2024 y volvería repetirse dentro de 80 años. No hay que confundir una nova (estrella nueva) con una supernova. Esto ocurre en estrellas masivas o de gran tamaño. En este caso, cuando la gigante roja entra en colapso, su temperatura interna aumenta tanto que provoca una enorme explosión lanzando gran cantidad de materiales al espacio, reduciéndose la estrella a un núcleo muy denso que puede llegar a transformarse en una estrella de neutrones o un agujero negro. Las explosiones tipo supernova liberan tal cantidad de energía que pueden destruir sistemas planetarios próximos.