Hace 3800 millones de años aparecieron sobre la tierra los primeros seres vivos (muy similares a nuestras actuales bacterias). En ese momento comenzó un largo proceso evolutivo que ha dado lugar a miles de formas de vida diferentes. Los seres vivos fueron transformándose para adaptarse mejor a las condiciones del medio en que vivían y fueron apareciendo nuevos taxones, cada vez más evolucionados.
En la actualidad existe una gran biodiversidad y se han descrito ya más de dos millones de especies, aunque falta mucho por hacer (cada año se descubren más de un millar de especies nuevas).
Como las condiciones del medio ambiente siguen cambiando, los seres vivos no tienen más remedio que evolucionar para tener mayores garantías de supervivencia. LA EVOLUCIÓN CONTINÚA EN LA ACTUALIDAD Y CONTINUARÁ EN EL FUTURO.
Haeckel (1834-1919) propuso la ley biogenética fundamental : "El desarrollo de un organismo vivo (ONTOGENIA) repite en forma acelerada y resumida la evolución de la especie a la que pertenece (FILOGENIA)".
Si nos fijamos en este dibujo antiguo en el que se reflejan comparativamente tres etapas del desarrollo de diversos animales
Se puede ver fácilmente que:
- Especies muy distintas en la fase III se parecen enormemente en la fase I
- Si nos fijamos en el embrión humano de la fase I vemos que tiene cola, posee branquias y el tubo neural es recto.
Pero ahí quedan esas primeras semanas de nuestro desarrollo embrionario para recordarnos el largo proceso evolutivo de nuestra especie.